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Ciberseguridad, de tendencia a imperativo en 2020

En 2021, el impacto global de los ciberataques será de seis billones de dólares. Datos como este obligan a las empresas a evolucionar sus estrategias y métodos de defensa.

La última jugada de la industria del cibercrimen ha sido valerse del miedo y la alarma social que está generando el coronavirus, la enfermedad que ya ha provocado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) haya decretado la alerta internacional tras reportarse más de 68.000 afectados y 1.600 muertes, para cometer delitos informáticos. Lo ha hecho mediante el envío masivo de malware en correos electrónicos camuflados de advertencias y precauciones gubernamentales sobre la infección. A falta de concretar el número de víctimas de esta nueva estafa, lo cierto es que todo aquel que haya ‘picado’ en este intento de phishing ha podido ser objeto de pérdida de información personal y financiera.


Lo que deja patente este ejemplo es que la ciberdelincuencia va a seguir siendo una tendencia total en este 2020; en todas sus formas, métodos y curiosidades. Con mayor o menor alcance y dejando, o no, noticias de apertura de informativos que puedan crear, de paso, conciencia social. De esta historia se deduce también que sus entrañas están plagadas de talento y de estrategias tan dañinas como innovadoras, contando afectados a millones entre empresas, ciudadanos e incluso estados. Tanto es así que en el último y recién celebrado Foro Económico de Davos, este apartado tomó mayor protagonismo que nunca. Y, es que, según las previsiones que se dieron en la ciudad suiza, el impacto global de los ciberataques será de seis billones de dólares en 2021. La gravedad del dato ha generado que del simposio saliera también un acuerdo sectorial, al que se han sumado actores internacionales como Europol, que podría ayudar a proteger hasta a 1.000 millones de usuarios en más de 180 países. Prevención, concienciación y refuerzo de la seguridad son los parajes a alcanzar en este itinerario.