La ciberseguridad de las armas nucleares (analógicas) en la era digital
En la era de la ciberguerra, cualquier persona o estado malintencionado puede manipular los datos del arsenal enemigo, interferir las órdenes o suplantar la identidad de los responsables de controlar el armado y lanzamiento de las bombas nucleares.
De las películas de acción a la creciente espiral de despropósitos protagonizada por Donald Trump, presidente de EEUU, y el dictador norcoreano Kim Jong-Un. De su rol protagonista en el final de la II Guerra Mundial a su valor como garante de la paz mundial durante la Guerra Fría en base a un principio conocido como la ‘mutua destrucción garantizada’. De su empleo como arma arrojadiza en conflictos diplomáticos (EEUU ‘vs’ Irán, por ejemplo) a su consideración como activo estratégico que da cuenta de cierto poderío geoestratégico.
Hablamos de las armas nucleares, uno de los inventos más perniciosos que se conocen en la historia de la humanidad, el principio de lo que hoy en día conocemos como armas de destrucción masiva. Un tipo de arsenal capaz de destruir ciudades enteras, matando de forma indiscriminada a objetivos militares y a civiles (incluyendo niños y enfermos). Una bomba nuclear no entiende de derechos humanos, ni tan siquiera aquellos reconocidos en tiempos de guerra por todas las naciones del mundo. Y, parece, tampoco entiende de ciberseguridad.