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'Ciberseguridad': Los agujeros están en todas partes


Hace apenas diez días, un ataque de 'ramsomware' estalló en medio mundo e impactó a 172 países. Empresas de todo signo y de toda actividad corrieron a comprobar sus sistemas para contener la hemorragia de seguridad -en el caso de los que se vieron afectadas- o poner los diques necesarios para no ser infectados.


En España los costes derivados de este software malicioso se elevan hasta cinco millones de euros, una cifra tampoco excesivamente disparatada teniendo en cuenta que los responsables de 'Wannacry' consiguieron hacer blanco en Telefónica.


Aunque toda esta historia parezca alejada del común de los mortales, no es así. Da igual que seas una multinacional, un autónomo o un universitario en prácticas. La vía de contagio es la misma: un dispositivo conectado a internet. Ya sea un ordenador, un portátil, un móvil o una tableta. Cualquiera de estos aparatos, presentes en casi todos los hogares, puede ser una puerta con la que los cibercriminales pueden lucrarse.


Aunque no hay cifras asociadas, el propio 'Wannacry' pudo afectar a cualquier usuario. La condición es que hubiesen estado conectados de alguna manera a una de las redes de los afectados. Eso reduce notablemente las posibilidades, pero no las elimina.


Son especialmente vulnerables si disponen de una de las versiones más antiguas de Windows, como XP, que ya no cuentan con actualizaciones tan habituales como otras plataformas más recientes de Microsoft. Si usted dispone de un equipo con Windows 8 o un Windows 10 e instaló la actualización de seguridad que lanzó la compañía en marzo, no tiene nada que temer contra esta amenaza.


Y es que mantenerse al día con las actualizaciones es uno de los consejos que dan los expertos para proteger el ordenador que cualquiera puede tener en casa. Es probable que, al adquirir un equipo, hayan pasado varios meses desde que este saliese de fábrica.


Al tratarse de un dispositivo recién adquirido hay quien piensa que el software que lo mueve es también reciente. Sin embargo, tras poner en marcha un antivirus y comprobar que todo funciona correctamente, el siguiente paso obligatorio es descargar los paquetes que hayan puesto en circulación Microsoft, Apple o quien corresponda ya que pueden incluir importantes 'parches' para tapar agujeros de seguridad.


La afirmación de que los ordenadores Mac de Apple tienen menos virus que aquellos que funcionan con Windows es cierto. Al suponer un menor número sobre el total de computadoras, no tienen tanto interés para los 'cibercriminales'. Sin embargo, estos modelos incluyen por defecto un sistema de seguridad suficiente.


En el caso de Windows, ha mejorado mucho, especialmente, en su última versión con su antivirus de serie, 'Defender'. El problema es que, a veces, por evitar constantes avisos y estar pendiente de análisis, muchas personas lo desactivan, no le prestan demasiada atención y fruto de ello se olvidan de instalar la última versión.


Esto es importante, tanto si optamos por una solución que viene de serie o si lo hacemos por una solución comercial como Kaspersky, Norton u otra de las tantas que hay en el mercado. Si no queremos pagar por ello, existen versiones 'gratuitas' con menos funcionalidades.


En el móvil ocurre tres cuartas partes de lo mismo. Cada vez que hay una actualización en iOS o Android es importante llevarla a cabo, a pesar de que en muchas ocasiones, puede restar fluidez a nuestro móvil.


Lo mejor es esperar a versiones estables y no recurrir a 'betas' o softwares de desarrolladores para evitar estos problemas. Otro de los aspectos a evitar, sobre todo si no se tiene el conocimiento suficiente, es 'rootear' tu móvil. Esta acción, que se hace para conseguir más libertad y utilizar programas no disponibles en las tiendas de aplicaciones, abre nuevas puertas a vulnerabilidades.


Internet gratis es otro de los grandes peligros. Muchas veces no dudamos, a pesar de las advertencias de nuestros móviles y portátiles, en conectarnos a una wifi pública no segura. Es relativamente sencillo acceder a información de nuestro dispositivo y secuestrarla a través de una red que no tiene todas las medidas de seguridad.


Sin embargo, hay un elemento que es diferencial a la hora de protegernos. El sentido común. Si recibimos un mail de una plataforma que nunca hemos utilizado, desconfía de pinchar en el enlace o descargar un adjunto. Desconfía también de ventanas aparecidas por arte de magia que te alertan de que tu equipo ha sido infectado por un virus.


Muchos usuarios, al ver que el aviso está personalizado con el nombre de su dispositivo, confían en ese mensaje cuando es relativamente fácil conocer ese dato. Lo mismo con los pendrive. Hay que abrirlos siempre cuando se sepa el origen o hay que hacerlo en un entorno seguro.


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